CIDOB Internacionales 295, Octubre 2023, ofrece un análisis detallado de la ampliación de la Unión Europea (UE) a los Balcanes Occidentales y cómo esta se ha vuelto una prioridad después de años de "fatigue europea".
El texto señala que la UE está buscando acomodarse a los efectos de la guerra en Ucrania, lo que ha resaltado la importancia geopolítica de los Balcanes Occidentales. Sin embargo, para que este proceso sea creíble, es necesario proporcionar recursos adecuados, fortalecer la diplomacia en el frente sur-oriental y enfrentar la reestructuración institucional de la UE.
La cumbre de Granada en octubre de 2023 marcó un cambio de rumbo en la política de la UE hacia la ampliación, con países como Francia y Alemania abogando por ella. Francia, que tradicionalmente ha sido reticente a las ampliaciones, reconoció su importancia para la seguridad colectiva de Europa debido a la amenaza de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Esto también ha llevado a una reestructuración de la UE y su política de ampliación.
Este impulso es un cambio de dirección respecto al rumbo tomado desde 2014, cuando la UE oficializó la paralización de los procesos de adhesión debido a la "fatigue europea" y la falta de preparación de los estados miembros para integrar nuevos socios.
La UE busca un cambio de orientación en términos de política de defensa común, concepto de seguridad estratégica y importancia de la vecindad. Esta situación ha impulsado la reestructuración de la UE y su política de ampliación.
En cuanto a los Balcanes Occidentales, también conocidos como WB 6 (Serbia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Montenegro, Albania y Kosovo), estos países, aunque candidatos, también son aspirantes con diferentes niveles de progreso político y regional. La "fatiga europea" también ha dejado secuelas en la UE y los Balcanes, incluyendo una paralización de la ampliación y una mayor presencia de países como China y Rusia en la región.
El texto concluye que la UE ha aprendido lecciones de sus errores pasados, como la ampliación de 2007 que destapó los problemas de una integración precipitada, y la influencia de países como Polonia y Hungría que, incluso dentro de la UE, no comparten valores cruciales o priorizan sus intereses nacionales a expensas del proyecto común.